martes, 23 de marzo de 2010

Estilo Bonzo (IV)

Suena un estampido, y una nubecilla de arena se levanta a un metro de mí, a mi izquierda. Ivette ahoga un grito. El disparo ha venido del otro lado. Sigo hablando:


-El Señor Cheesburger estaba muy nervioso el martes pasado. Me cogió de la mano y me llevó hasta la jaula de Bernie. Parecía empeñado en entrar, pero quería que lo hiciese con él. Al Sr. Cheeseburger no le gustaban demasiado los elefantes, y a Bernie, a juzgar por sus embestidas contra los barrotes, tampoco le gustaba el Sr. Cheesburger, así que no me pareció una buena idea. En ese momento pensé que quizá, sencillamente, se le había ido la mano con el bourbon, pero después no fue difícil atar cabos.


-Entonces yo tenía razón, ese mono se habría ido de la lengua. No sabes cómo me alivia escuchar eso. Ahora podré matarte con la conciencia más tranquila.


A través del rabillo de mi ojo derecho percibo algo que se mueve entre las sombras. Las oportunidades son caprichosas, y rara vez visitan dos veces el mismo lugar, así que saco el revólver rápidamente, me giro, y disparo al bulto. Se escucha un sonido de vidrios al caer contra el suelo.

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