La esencia de la democracia, querido Willy, y donde reside parte de su belleza, es el derecho a discrepar. Incluso a defender lo indefendible, como sin duda estás pudiendo comprobar. Es lo que tienen dos conceptos tan odiosos como los de libertad de expresión y de asociación.
Pero, si no te gustan, si prefieres otra cosa, puedes predicar con el ejemplo. Censúrate a ti mismo. Por ser coherente con tus ideales, digo. En Cuba ya lo habrían hecho por criticar la política gubernamental. Como mínimo. Nadie te lo impide. Es más, muchos te apoyarían con entusiasmo.
El problema de lanzar tus palabras al viento, Willy, es que el viento puede devolvértelas.
Todo esto me lleva a otra reflexión. Me llama la atención que, cuando determinados actores y músicos famosos hacen manifestaciones públicas, se les presta una especial atención, como si sus opiniones sobre lo divino y lo humano tuvieran una relevancia superior a las de otros colectivos. “El mundo de la cultura se pronuncia”, dicen los telediarios. Conozco a varios actores. Salvo honrosas excepciones, no les considero intelectualmente más dotados ni mejor informados que la media. La mayoría no tienen estudios superiores, y muchos no cogerían un periódico ni para envolver el pescado. No digamos ya un periódico considerado “de derechas”, así sea para contrastar información. Y sin embargo, su opinión merece mayor atención que las de asociaciones de juristas, sociólogos, economistas, etc. Los actores son buenos en lo suyo. Es decir, en actuar. De igual modo, los músicos, por lo general, entienden de música. Atribuirles una especial autoridad en otros ámbitos es caer en la idolatría.
Moraleja: dale un altavoz a un necio, y al final acabará por usarlo.
Viva Cuba. A ser posible, libre.
3 comentarios:
Un saludo, D. Pedro, me gusta su manera de contar, su blog. Un abrazo, amigo.
Gracias, D. Alfredo. Esas palabras, viniendo de quien vienen, me hacen un gran honor. Pásese por aquí cuando guste, está usted en su casa.
Un abrazo.
¿Tiene alguna opinión nuestro Willy (Guillermo para mí)sobre la muerte de un auténtico miembro de la CULTURA como Delibes? El si que pertenecía a nuestra cultura, a la de todos los seres humanos. Con suerte nuestro Guillermo Willy habrá leído el título de uno solo de sus libros. Y eso si lo ha hecho.
Publicar un comentario