lunes, 16 de febrero de 2009

Bermejo y Garzón, o cómo pasarse a Montesquieu por el forro del pantalón



Supongo que la mayoría de vosotros os habreís enterado del asunto, que no dudaría en calificar de anécdota si no pensase que es indicativo de hechos más serios. Aunque es posible que algunos no os hayaís enterado, dada la inusitada discrección con que lo han tratado los medios de comunicación autodenomidados de izquierdas. Resumiéndolo: el juez baltasar Garzón, inmerso en un proceso judicial que salpica directamente a altos cargos del Partido Popular (y todo parece indicar que muy fundadamente, cosa que no me sorprende en absoluto), fue invitado la semana pasada a una cacería a la que también fue invitado el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, del PSOE. La sola imagen del ministro y el juez pasando un domingo de cacería por los montes, rodeados de cadáveres de venados, bastaría para remitirnos a las mejores películas de Berlanga. Que las conexiones existentes entre los distintos poderes del Estado harían revolverse en su tumba a Montesquieu es algo que, creo, sabemos todos, hasta los más cándidos. Sabemos que hay jueces y fiscales de derechas y de izquierdas, del PSOE y del PP, eso, por desgracia, ya no es noticia. Pero lo que más me llama la atención son dos cosas. Una: que casi nadie se haya escandalizado por algo tan evidente como que ministro y juez hayan aceptado un regalo de un particular que, por lo que he leído, superaría con seguridad los 3.000 euros, pues eso es lo que cuesta, tirando por lo muy, muy bajo, una jornada de caza de venados en un coto privado. Otra: imaginaos, amigos míos, sólo por un momento, que el ministro del que estuviésemos hablando fuese Alvarez-Cascos, o Federico Trillo, y el juez, por ejemplo, Eduardo Fungairiño, o Calamita, ése del Opus, y que dicha cacería estuviese situada en el contexto de un macroproceso judicial contra el PSOE. El silencio actual de los medios de comunicación de izquierdas y de los programas televisivos de humor se hubiera tornado en griterío. Portada de El Jueves, seguro. Camisetas en el Rastro, seguro. Los actores en la tele, en el teatro y en la calle metendo caña. Indignación de todos vosotros, seguro. ¿Y qué ha pasado? Como en las viejas películas del Oeste, tan sólo un pedazo de matojo arrastrado por el viento. Silencio. Quietud. Nada.


Tengo amigos que me acusan, medio en broma medio en serio, de ser de derechas, mientras que la gente que conozco que se considera de derechas me toma justamente por lo contrario. El diario que más leo es El Mundo. Supongo que es, en general, el que menos me disgusta, y eso que cada vez me disgusta más, pero a veces me decanto por comprar otros diarios distintos (País, Público...), según el interés que me despierten el contenido y las forma de sus titulares. Me gusta contrastar la información. El caso es que ideológicamente me siento mucho más afín a las tradicionales posturas consideradas "de izquierdas" que a las "de derechas", más cerca de la socialdemocracia que del liberalismo; más, sin duda, del laicismo, incluso del abierto ateísmo, que de cualquier confesión religiosa; etc... pero me jode, me jode muchísimo, esa maniquea división sentimental entre Izquierdas=los buenos/Derechas=los malos, esa especie de ceguera selectiva, de falta de sentio crítico hacia según quién, de la que hacen gala algunos. Y, también, por eso mismo, me jode cuando me decepcionan los que deberían ser "los míos", los que deberían representar aquellas causas con las que me identifico. Parece ser que a quienes se autodenominan de izquierdas le asiste una especie de patente de corso, de superioridad moral implícita que les exculpa automáticamente de todo mal. O sea, si Aznar miente es por los más oscuros motivos, pero si lo hace Zapatero es porque no tenía más remedio. Fidel Castro encarcela y tortura, y se niega sistemáticamente desde hace cincuenta años a convocar elecciones libres, pero es sin duda por culpa del imperialismo yanquee. Los dirigentes del PP, a pesar de renegar públicamente (con mayor o menor sinceridad) del régimen franquista, son un hatajo de fascistas, mientras que gran parte de los dirigentes de Izquierda Unida, esos luchadores por la libertad y la democracia, no tienen empacho en salir a la calle a manifestarse a favor del régimen castrista. Del mismo modo, si Garzón y Bermejo se van de cacería juntos es una mera casualidad, una anécdota sin importancia, mientras que si lo hicieran un ministro y un juez de derechas sería considerado, estoy seguro, poco menos que la antesala de un golpe de Estado. Puede que símplemente me guste incordiar, pero creo que no es eso. Símplemente creo que lo más sencillo, lo menos agotador mentalmente, es dividir el mundo en negros y blancos, en buenos y malos, pero que la cosa no es, ni mucho menos, tan sencilla. Sí, compro El Mundo, aborrezco la hipocresía del PSOE y creo que Zapatero pudo ser alguna vez un tipo honesto, pero que han pasado muchos inviernos desde entonces, y me carga el maldito rollo "buenista" que impide a muchos ver la realidad sin una venda en los ojos. Llamadme facha, si quereís. Así es más sencillo...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

entre tú y yo, maestro miyagui, lo que dices es cierto, pero tb entre tú y yo te diré que yo también fui crítica con la izquierda y me cansé de serlo por una sencilla razón, y es que estoy hasta los mismísimos ovarios de que por nuestra autocrítica las izquierdas hayamos estado desde siempre divididos, históricamente peleados (que si tú eres marxista, que si tú leninista, que tú maoísta, que el otro socialdemócrata, que el de allá anarquista, y el otro comunista del pc, y el de más allá es de la Unificación Comunista de España...) y mientras tanto los fachas, todos, votan juntos, se manifiestan juntos, ponen a parir al psoe juntos, y da lo mismo pp que falange que iglesia católica, todos juntitos y bien disciplinados...
pues mira, yo prefiero ser sectaria y hasta medio soviética en mi disciplina de partido, que seguir disolviéndome en la nada por tanta disparidad autocrítica con la izquierda. y te digo más, no solo no critico al psoe, creo que IU debería aliarse con ellos más frecuentemente, y darle caña al mono, porque si no, nos va a seguir luciendo el pelo...
y bueno, entre unos y otros para mí sigue habiendo no sé si malos y buenos, pero desde luego sí que entre los males, escojo el mal menor.

toma charla, pa que luego digas que no se te comenta.

un abarzo amigo, yo no sé si eres facha de incógnito, tocawevos vocacional o crítico autónomo, pero ole tú. aúpa miyagui.

Anónimo dijo...

por cierto, como artículo periodístico que ha quedado debuti. a lo mejor por ahí van tus artes...

Sr. Miyagi dijo...

Hola, mi combativa amiga. Lo que dices de IU ya lo hacen. De hecho, no ha habido mejor embajador para el Psoe en los últimos años que el bueno (para el Psoe, quiero decir, no para su partido) de Llamazares. El sólo ha conseguido más votos para el Psoe que todos los Pepe Blancos juntos, a base de criticar sistemáticamente al PP y de dorarle la píldora al Psoe día sí, día también (la famosa pinza contra el PP), sin ningún tipo de criterio crítico. Se ha convertido en un apéndice del Psoe, y por tanto prescindible. ¿Para qué más de lo mismo? Resultado: IU con la menor representación de su historia, todos esos votos perdidos han ido a parar al Psoe, al que no puedo considerar un partido de izquierdas según se entiende tradicionalmente (creo que es símplemente un conglomerado de intereses personales, cualquier persona realmente "de izquierdas" no duraría más de un mes en él sin salir asqueado), y en cambio no creo que ningún potencial votante del PP haya cambiado su opinión gracias a ese seguidismo. E IU SI era antes un partido de iquierdas. Ahora no veo que les soporte base intelectual alguna, más allá de eslóganes y consignas. Para mí es triste, porque de verdad me gustaría que hubiese un partido serio con el que sentirme identificado, y podía haber sido ése. Anguita, ése sí era el hombre. Metía caña a quien hubiera que meterla, al PP, por supuesto, pero también al Psoe por sus muchos desmanes. Y con la razón por bandera, no con la demagogia.
No sé, yo no identifico al PP con el mal absoluto, creo que esa es una visión interesada que se ha creado desde El País, Grupo Prisa, y por supuesto Psoe. No les votaría en la vida, pero creo que, como en el Psoe (al que tampoco votaría en la vida) hay de todo, gente más razonable y gente más fanática. Creo que en algunas cosas tienen razón (pocas), y que en muchas se equivocan, y que, como en "la izquierda", hay de todo (centristas, democristianos, liberales, y por supuesto fachas de tomo y lomo), pero ahora mismo en política se ha impuesto la visión de no dar la razón NUNCA al adversario, tanto unos como otros, como si eso fuese un signo de debilidad. Y para mí no hay adversarios, ni buenos y malos, hay quien tiene la razón en algo concreto y quien no la tiene. Así de simple. Me revienta que la gente se tome la política como un Madrid-Barsa, uno elige un bando y ya está, "los nuestros son los mejores y tienen razón siempre, punto". Yo lo siento, pero el Psoe, en su conjunto, me parece lo más ruin y torticero que hay. En cuanto al PP, al menos se les ve venir, es difícil que te decepcione de quien nada esperas.
En fin, al final igual va a ser eso, que me gusta tocar los huevos. Sin embargo los que mueven el mundo no somos los escépticos recalcitrantes, sino la gente que se ilusiona y que cree, y que se une y que construye en vez de criticarlo todo; eso también lo sé. Así que, adelante la gente buena. Igual no hay más que eso.